Aprende del otoño, deja caer tus penas

 

El otoño nos puede producir desmotivación, sensación de tristeza y energías bajas. Esto se debe a las características propias de la estación como la vuelta a la rutina tras el verano, la reducción de horas de luz y la llegada del frío.

 

Los síntomas no son preocupantes y van desapareciendo una vez que nos vamos adaptando al cambio estacional. En algún caso, además de los síntomas citados, pueden producirse alteraciones en el sueño, desajustes alimenticios o irritabilidad, aunque no hay que alarmarse ya que es un estado pasajero.

 

Como hemos comentado en más ocasiones, la naturaleza es sabia y en este caso nos enseña la actitud que debemos tener frente a este aspecto de nuestras vidas. Al igual que los árboles dejan caer sus hojas, nosotros debemos dejar caer nuestras penas. Esto no significa que debamos obviar nuestros sentimientos, tenemos que aceptar también los sentimientos más negativos y aprender a combatirlos.

 

La tristeza es una de las emociones que más tiempo puede llegar a permanecer dentro de nosotros, por eso debemos tener cuidado de que no se adueñe y se quede estancada en nuestro interior.

 

Patricia, nuestra psicóloga de Aequilibrium, nos da unos consejos para poner en práctica y dejar caer todo aquello que ya no nos sirve. Tan solo necesitamos voluntad, valentía y cambiar la forma de ver las cosas.

 

1. Llora siempre que lo necesites

En muchas ocasiones, bien sea porque nos da vergüenza o porque no queremos preocupar a nuestros seres queridos, reprimimos esa necesidad de llorar, pero lo que no sabes es que llorar nos libera, generamos endorfinas y nuestro cuerpo se relaja, el resultado es que nos sentimos mejor. Permítete el lujo de llorar cuando lo necesites, experimentarás una liberación.

 

2. Practica deporte

Al igual que llorar, practicar ejercicio hace que liberemos endorfinas y mejoremos el estado de ánimo. La actividad física, sobre todo si es al aire libre, te dará energías y ganas de continuar. Intenta incluir el deporte entre tus planes semanales, un par de horas a la semana será suficiente.

 

3. ¡Sonríe!

Aunque estés triste y no te apetezca...¡Practica tu sonrisa! es necesario para superar nuestra pena y que nuestro estado de ánimo mejore.

Practica tu sonrisa con tu familia, con tus amigos o simplemente por la calle, cuando el camarero te atienda o te cruces con alguien que te inspire ternura. Transmíteles a todos tu alegría.

 

4. Aprende a aceptar tus sentimientos.

Aunque sean negativos como puede ser la frustración, la pena o incluso la rabia. Cuando aceptas tus sentimientos vemos la vida con esperanza. No niegues ni reprimas tus sentimientos negativos, acéptalos y deja de disculparte por sentirlos. Una vez que los aceptes, déjalos ir, ya no te sirven.

Medita o practica yoga, notaras enormes beneficios
Medita o practica yoga, notaras enormes beneficios

5. Medita

La meditación nos ayuda a aceptar la tristeza sin juzgarnos a nosotros mismos. Meditar puede cambiar la forma en la que el cerebro se comporta ante los sentimientos negativos.

 

Una técnica de meditación muy de moda es el mindfulness o atención plena. Se trata de vivir el momento presente para disfrutar el aquí y el ahora, sin juzgar. Basta con practicar la meditación 15 minutos al día para mejorar nuestro estado de ánimo.

 

6. Entiende cuales son las fases de la pena

En total son 5 las fases: negación, furia, negociación, depresión y aceptación. Aunque tenemos que apuntar que no todas las personas experimentan todas las fases ni las gestionan en el mismo orden, muchas veces incluso se mezclan. 

La pena es gradual y con el tiempo va disminuyendo su intensidad, lo único que debes hacer es identificar lo que sientes y gestionar esos sentimientos con las herramientas que tú mismo o un experto puede darte.

 

7. Si tu solo no puedes, busca ayuda.

Y no te sientas culpable por hacerlo. Apóyate en tus amigos y familiares, no sientas vergüenza por compartir tus sentimientos con ellos. La ayuda de nuestros seres queridos es fundamental cuando nos sentimos tristes.

 

 

Si crees que lo necesitas, acude a un profesional y no te sientas juzgado por ello, no hay nada de malo por recurrir a un experto en la materia, al final te darás cuenta que lo importante es sentirte bien tu mismo, no importa el modo de llegar a conseguir tu fin.