Llega el sol y el buen tiempo y con él nos animamos a practicar deporte con más frecuencia y a poner nuestro cuerpo a punto de cara al verano, pero cada vez son más las personas que llegan a nuestra consulta con lesiones en la espalda y a los que les surgen muchas dudas a la hora de practicar deporte.
Siempre os recomendamos movernos y mantenernos activos para que nuestro cuerpo esté sano y a punto, pero es cierto que debemos ser responsables y practicar ejercicio con precauciones sobre todo si sufrimos algún tipo de dolencia.
Hoy queremos centrarnos en las hernias discales, producidas cuando uno de los discos que separan las vértebras sufre deterioro o se sale del sitio, algo que puede causar dolor y molestias. Aunque se trata de una lesión que necesita cierto reposo y que puede implicar acudir como recurso extremo a la cirugía, desde Aequilibrium creemos que un tratamiento de fisioterapia adaptado, una adecuada alimentación y cierto ejercicio moderado puede hacer que el paciente se sienta mucho mejor e incluso pueda evolucionar favorablemente en la recuperación de la lesión, evitando o aplazando la cirugía.
Aún así, aunque el deporte sea un buen aliado frente a este tipo de lesiones, es necesario saber cómo y cuándo practicarlo, pues de lo contrario se corre el riesgo de empeorar los síntomas y recaer.
Debemos evitar los ejercicios que sometan a la columna lumbar a una carga sobre su eje vertical, además de las rotaciones, las hiperextensiones de columna. Especial cuidado con el press para hombro, sentadillas o ejercicios como el remo. Intenta evitar también las vibraciones intensas, como las que provoca una moto o un quad, y los movimientos de flexo-extensión y torsión bruscos, como los del tenis y el squash.
Lo más conveniente es trabajar la estabilización del cuello, la columna y su movilidad, así como la correcta alineación de la cintura pélvica. Para esto es muy útil el método Pilates y trabajar la corrección postural.
Una hernia no tiene que significar dejar de practicar ejercicio, pero lo más adecuado es acudir a un profesional que pueda evaluar nuestro caso de forma particular y aconsejarnos de manera personalizada.
