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¿Hasta qué punto es bueno proteger a nuestros hijos?

En este artículo, Patricia, nuestra psicóloga te ofrece una serie de pautas para poder manejar algo que como padres a veces es difícil, y es que, ¿hasta qué punto es beneficioso para nuestros hijos la protección que les damos ante las adversidades y las facilidades que les ofrecemos en todo lo que necesiten?

 

El querer lo mejor para ellos a veces nos hace que actuemos de manera sobreprotectora. Es una forma muy natural de actuar que se hace presente durante los últimos años entre padres e hijos, ya que, como es lógico, siempre queremos lo mejor para ellos. Pero es importante no dejar de lado algo, y es que muchas veces esta protección les impide enfrentarse a dificultades por ellos mismos.

 

Es importante que los niños aprendan habilidades para poder afrontar situaciones de estrés y de frustración, que experimenten que las cosas no siempre salgan como a uno le gustaría que salieran, y para conseguir esto, es necesario que se enfrenten a esas situaciones y desarrollen sus propias habilidades para superar las dificultades. Además, de esta manera, fomentamos y reforzamos su autonomía y les enseñamos a sentirse capaces de superar sus propias dificultades, lo cual incide positivamente en su autoestima. Si resolvemos sus propios problemas y no dejamos que se equivoquen, lo que aprenderán es a sentirse incapaces ante los problemas, les transmitimos que pueden conseguir inmediatamente todo lo que necesitan y de esta manera no aprenden habilidades de autocontrol o el saber esperar y posponer lo que nos gusta.

 

Como es lógico, debemos transmitirles nuestro apoyo como padres, que sientan que siempre que lo necesiten, seremos nosotros los que estemos para ayudarles, pero fomentando que ellos son muy capaces de hacerlo por sí solos.

 

Esta manera de comportarnos con nuestros hijos, también afecta a su gestión emocional. Resolviendo por ellos las dificultades que se les presentan, les enseñamos que las emociones negativas no deben tener lugar, que es mejor evitarlas y no experimentarlas. Esta manera de gestionar las emociones no les ayuda, ya que las emociones negativas son parte de nuestra vida, y debemos aprender a identificarlas y a manejarlas adecuadamente.

 

¿Cómo manejar estas situaciones con nuestros hijos?

 

-Dejar que se equivoquen: Esto es algo que nos puede costar a priori, pero es importante porque les enseña a adquirir habilidades para solucionar problemas, les enseña a tolerar la frustración y a identificar y manejar las emociones negativas que surgen de las propias dificultades a las que nos enfrentamos.

 

-Reforzar el comportamiento que tengan hacia las dificultades: Es importante reforzar positivamente la habilidad de ser capaz de enfrentarse a los problemas solo, esto consigue fomentando la autonomía y la autoestima en nuestros hijos.

 

-Desdramatizar los errores: No pasa nada por equivocarse, es algo natural y aprendemos por ensayo y error. Es importante transmitirles esto, ya que así disminuimos la autoexigencia y el perfeccionismo. No todo puede hacerse bien y no debemos exigírnoslo.

 

-Dejar que tomen sus propias decisiones: Muchas veces, decidimos por ellos cuando pueden hacerlo ellos por sí solos. Saber cuándo dejarles decidir es una tarea difícil, pero también les genera autoconfianza.

 

A veces, como padres,  este tipo de situaciones son difíciles de manejar, si necesitas ayuda en estos casos, no dudes en contactarnos.

 

¡En Aequilibrium podemos ayudarte!