Dile adiós al sedentarismo. Las consecuencias del teletrabajo

Si eres de los que pasa sentado en la oficina 8 horas sin moverte o teletrabajando en sillas y mesas incómodas estás machacando tu salud. Aunque no lo creas, hay un gesto cotidiano integrado en tu vida diaria que te está destrozando la salud y tu estado físico y emocional. Pasarse el día sentado frente a la pantalla del ordenador durante toda tu jornada laboral para después apoltronarte en el sofá y terminar cambiandolo por la cama, te va a terminar pasando factura y si no pones remedio a tiempo, las consecuencias pueden ser serias.

 

Tal vez te esté sonando algo alarmista, pero nada más lejos de la realidad, los datos de las investigaciones de la OMS están ahí, al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud y esa inactividad física le cuesta a la atención sanitaria más de 48.438 millones de euros. Pero ¿Cuáles son las consecuencias reales de la vida sedentaria? La lista es larga, desde cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, diabetes, menos producción de serotonina...pensamientos más lentos, contracturas, acortamientos musculares y aumento de peso entre otros.

 

Al limitar nuestra actividad física, obligamos a nuestro corazón a trabajar a fondo para mantener el mismo volumen sanguíneo que llega al músculo, como resultado, aumenta la frecuencia cardíaca en reposo en torno a un 10-15% y, con ella, tenemos un 64% más de probabilidades de padecer algún tipo de cardiopatía.

 

A nivel muscular, se producen daños como contracturas y acortamientos producidos por las malas posturas que adquirimos de forma continua, que se traducen en dolor. El sedentarismo y la falta de práctica deportiva juegan un papel fundamental en la pérdida muscular relacionada con la edad, lo que los expertos llaman Sarcopenia y es la culpable de la fragilidad y pérdida de independencia que está asociada con la vejez.

 

Además, al no movernos, los músculos ven reducida su función metabólica, permitiendo el paso a las células grasas. Con la llegada del sobrepeso, puede aparecer el colesterol, la diabetes, etc. La osteoporosis y la artrosis acechan a una masa ósea cada vez más debilitada que, según se estima, puede mermar en torno al 1% anual si nos tiramos más de seis horas sentados cada día.

 

Si hablamos de la parte psicológica, la cosa no mejora. Según una investigación de expertos de la Universidad de California (UCLA) realizada entre personas entre 45 y 75 años, la falta de ejercicio físico está asociada también con el grosor del lóbulo temporal medio, una región del cerebro fundamental para la memoria declarativa (el recuerdo consciente) y que en adultos aparece más reducido cuando llevan una vida más sedentaria. Se ralentiza el bombeo sanguíneo y de oxígeno al cerebro. Pensamos más lentamente.  Y eso no es todo, producimos menos serotonina y menos endorfinas que son las hormonas que nos producen felicidad.

 

¿La solución? Sencilla: Moverse. Basta con hacerlo 150 minutos a la semana, aunque sea de forma moderada. Andar, correr, nadar es un ejercicio perfecto, y si tu trabajo te obliga a estar sentado durante horas, intenta levantarte de la silla cada hora para dar pequeños paseos, preferiblemente fuera de casa, para que puedas despejarte. Elige las escaleras en lugar del ascensor, bebe agua, intenta tener una postura lo más correcta posible ¡Cuida tu salud!